Raro es el tormento por vos merecido otrora dijese que viniese a cuento si vos no fuerais sol en adviento, lluvia de seco estío o de penas dulce remedio…
Si pudiera volver a reír imaginar tu gesto soñar, pensar en ti sin dudas ni lamentos Si mi llanto tuviera fin, al abrigo del viento, una noche como mil, cubierta de besos, en singular ardid, Si manasen tus besos, como lluvia de abril, o acaso de tus ojos consuelo podría amar, quizás vivir…
Ya tu piel se antoja extraña y aquellas insomnes palabras son lágrimas que mis ojos empañan. En la eterna espera del alba, tu recuerdo se diluye en mis entrañas, y tu ausencia doblegó mi alma
Sueño con tu preciosa alma luz en noche cerrada, verbo que sentimientos desgrana en eternas y dulces mañanas, buscando sutiles miradas atravesando enamoradas ventanas
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